Naturaleza relajante



La serenidad que ofrece contemplar la naturaleza
debería invitarnos a momentos de profundas reflexiones,
porque la soledad ordena las ideas y limpia el pensamiento
además de poder recargar energías para vivir en armonía.

Meditar en silencio debería ser como recibir un abrazo cálido
como la paz que aporta el inmenso paisaje verde,
como las altas montañas que abrigan y protegen a su paso
como un rayo de luz que ilumina la profunda oscuridad.

No deberíamos olvidar nunca nuestros lazos con la naturaleza
y procurar refugiarnos en su belleza y sabiduría,
porque nos dará paciencia y fuerza en los momentos débiles
y nos guiará antes de andar por los duros caminos de la vida.
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